El proyecto original de 1974 constaba de tres secciones diferenciadas dentro de las instalaciones, a saber; arqueología, Etnología y Bellas artes aunque solo subsiste la primera para ser visitada.

Salas de exposiciones.

 

Esta sección, la de Arqueología está organizada en tés plantas. La planta baja la ocupa una exposición dedicada a la Prehistoria que abarca desde el Paleolítico hasta la Edad de Hierro. Son representativos por su importancia los del Neolítico de Valdecabras y los de la edad de Bronce en Chillaron, carboneras o Barchín del Hoyo.

 

La exposición está acompañada de textos explicativos, imágenes y recreaciones para facilitar la comprensión de la importancia de los restos que se exponen. Una recreación de un enterramiento que nos traslada a la época y muestra cómo el ser humano tenía plena conciencia de sí mismo y se dotaba de ritos para resolver sus inquietudes.

 

La primera planta acoge al mundo romano, destacando sobre manera por la riqueza de las piezas que son representación de lo que los diversos museos de los parques arqueológicos atesoran en sus instalaciones. Segóbriga, Ercávica y Valeria son las tres ciudades romanas de las que se nutre el catalogo representadas cada una de ellas en sendas salas. Si se pudiera destacar alguna pieza sería la figura en mármol de Lucio Cesar, muestra inequívoca del lujo y refinamiento del que gozaban las clases dominantes del Imperio Romano en Cuenca.

 

Las vitrinas reúnen cantidad de piezas numismáticas, ornamentos y demás utensilios cotidianos como agujas, vasos o vidrios para perfumes. Restos que plasman la complejidad de una sociedad avanzada con tiempo para el ocio y el estudio de las ciencias desarrollando útiles para la medicina, por ejemplo. Son destacables los “Tesorillos” reunión de piezas de metal precioso de distintas procedencias que se usaban como moneda de cambio en transacciones comerciales.